En el Módulo 3, Lección 1 del Programa de nutrición, la doctora Rocío Medina continúa explorando la importancia de la nutrición celular, y nos introduce a los carbohidratos, la principal fuente de energía para el cuerpo.
La concentración de glúcidos en una persona, varían desde los 8,3 a 14,5 g por cada kilogramo de peso corporal. Se propone que el 55-60% de la energía diaria que necesita el organismo humano debe provenir de los glúcidos, ya sea obtenidos de alimentos ricos en almidón como las pastas o de las reservas del cuerpo (glucógeno). No es recomendable el consumo abusivo de glúcidos tipo azúcar por su actividad altamente oxidante: las dietas con muchas calorías o con mucha glucosa aceleran el envejecimiento celular. Se sobreentiende que pueden ser necesarias dietas hipercalóricas en climas gélidos o en momentos de gran desgaste energético muscular. Nótese que el sedentarismo o la falta de los suficientes movimientos cotidianos del cuerpo humano provocan una mala metabolización de las grasas y de los glúcidos.
Los glúcidos, por su fuerte carácter hidrofílico se rodean de partículas de agua ocupando más espacio en las células y son atacados más fácilmente por las peores enzimas hidrolíticas que las proteínas o las grasas y por eso son una fuente de obtención rápida de energía. Las proteínas y grasas son componentes vitales para la construcción de tejido corporal y células, y por lo tanto debería ser recomendado no malgastar tales recursos usándolos para la producción de energía.
Los glúcidos no son nutrientes esenciales, ya que el cuerpo puede tener toda su energía a partir de la síntesis de proteínas y grasas. El cerebro no puede quemar grasas y necesita glucosa para obtener energía del organismo, y así puede sintetizar esta glucosa a partir de proteínas. La metabolización de las proteínas aporta 4 kcal por gramo, mientras que las grasas contienen 9kcal y el alcohol 7 kcal por gramo.
Alimentos con altos contenidos en glúcidos son pastas, patatas, fibra, cereales y legumbres. Los glúcidos ayudan a la desmaterialización de azúcares en la sangre, y gracias a ellos conseguimos que no baje el porcentaje medio de insulina en la sangre. Basado en la evidencia del riesgo a la cardiopatía y obesidad, el Instituto de Medicina (Estados Unidos) recomienda que los adultos estadounidenses y canadienses obtengan el 40 al 65% de energía de la dieta a partir de los glúcidos. La FAO (Food and Agriculture Organization) y la WHO (World Health Organization) recomiendan que las guías de alimentación nacional establezcan la meta de 55 a 75% del total de la energía a partir de glúcidos, pero sólo 10% de alimentos a partir de azúcar libre (glúcidos simples).
La distinción entre «glúcidos buenos» y «glúcidos malos» es una distinción carente de base científica. Aunque estos conceptos se han utilizado en el diseño de las dietas cetogénicas como las dietas bajas en glúcidos, las cuales promueven una reducción en el consumo de granos y almidones en favor de proteínas. El resultado es una reducción en los niveles de insulina usada para metabolizar el azúcar y un incremento en el uso de grasas para energía a través de la cetosis, un proceso también conocido como hambre de conejo.
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cual es la importancia de los carbohidratos en una dieta balanceada y los alimentos ricos en Omega 3
A diferencia de los alimentos que son bajos en grasa y azúcar, los alimentos ricos en Omega 3 son una buena fuente de ácidos grasos esenciales, cuyos beneficios son demasiado numerosos para nombrarlos. Algunos de los beneficios de los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 son que tiene excelentes cualidades contra el envejecimiento, es un buen retardante del cáncer, bueno para los problemas del corazón, la piel, el cabello, el metabolismo, el reumatismo, bueno para la memoria y la salud del cerebro, etc. ¿ cual es la importancia de los carbohidratos en una dieta balanceada? Lo bueno de estos alimentos es que están en todas partes y no son caros. Ejemplos de alimentos que son ricos en omega 3: aguacate, bayas, semillas de soja y aceite de soja, semillas de lino y aceite de linaza, semillas de calabaza, semillas de cáñamo, aceite de oliva, nueces de Brasil, tofu, etc.