Las carnes son alimentos que siempre están presentes en nuestra dieta habitual, ya sean rojas o blancas, ellas nos ofrecen minerales importantes como el hierro y proteínas de calidad que no deben faltar en la dieta. Sin embargo, por nuestra salud, es recomendable reducir la ingesta de carnes procesadas que además de los nutrientes antes dichos, pueden contener sustancias con efecto negativo en el organismo.
Las carnes procesadas tales como los fiambres y embutidos, las conservas y enlatados, los productos congelados y demás, pueden contener mayor cantidad de grasa y sodio además de poseer aditivos como los nitritos que se asocian a mayor incidencia de cáncer.
La mayor cantidad de grasa y sodio se asocia a una mejor conservación del producto, sin embargo, presentes en nuestra dieta a diario puede resultar perjudicial porque desequilibran la misma favoreciendo un alto consumo de grasas saturadas y colesterol al mismo tiempo que un elevado consumo de sodio. Ambas variables asociadas a mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Entonces, limitemos el consumo de salchichas, morcilla, chorizo, embutidos, salames, hamburguesas congeladas, lasagnas con carne congelada o enlatados cárnicos a una o dos veces a la semana y prioricemos el consumo de carnes frescas, recién comprada, que podemos elaborar en casa.
Como podemos ver, la industrialización y el agregado de sustancias químicas que ésta conlleva, tiene un alto costo sobre nuestra salud y nosotros podemos reducirlo si disminuimos la ingesta de carnes procesadas en nuestra dieta habitual.
Prioriza tu salud y procura comer sano!
Fuente: Vitónica